Real Balompédica Linense

Igor Martínez: comienza la cuenta atrás

  • La rehabilitación del extremo vasco marcha sin contratiempos

  • El banda, sin ficha desde enero, confía en entrenarse antes de que acabe la liga

  • El domingo viajó a La Línea para hacer piña con sus compañeros 

Igor Martínez: comienza la cuenta atrás

Igor Martínez: comienza la cuenta atrás

El extremo vasco de la Real Balompédica Linense Igor Martínez ha puesto en marcha su cuenta atrás de cara a su vuelta al trabajo. El futbolista –al que una fractura en el pie apartó de la competición y que está sin licencia desde el mes de enero– no solo lanza un mensaje tranquilizador de cara a su futuro, sino que está convencido de que podrá empezar a entrenarse con el grupo antes de que finalice el presente curso.

Igor Martínez ha vivido esta temporada una agotadora pesadilla. Ya en el mes de septiembre sufrió durante un entrenamiento una mínima micro-rotura en la zona de los abductores de la pierna izquierda que le hizo perderse tres partidos. El día de su reaparición, ante el Marbella en el Municipal el seis de octubre, no pudo siquiera terminar la primera parte. El diagnóstico definitivo tardó en llegar pero fue muy desalentador: un fractura en el pie, en concreto la rotura lateral de un escafoide. Los intentos por recuperarse fueron inútiles, el futbolista tuvo que pasar por el quirófano y decir adiós a la temporada.

En enero el banda fue dado de baja para que su licencia fuese ocupada por Santi Luque, lo que legalmente le impide jugar en la presente andadura. La decisión llegó, eso sí, después de que el jugador llegase a un acuerdo con la entidad cuyo presidente, Raffaele Pandalone, le garantizó su continuidad en el equipo la próxima campaña.

La afición de La Línea se aseguraba de esta forma poder disfrutar de un futbolista que llegó a debutar en Primera con el Athletic Club de la mano de Joaquín Caparós y al que las adversidades solo permitieron alinearse cinco veces con la albinegra, después de haber cuajado un temporadón en la UD. Melilla.

Cuando se marchó a casa para afrontar su rehabilitación ya advirtió de que no se trataba de un adiós, sino de un hasta luego. Y el pasado fin de semana quedó demostrado. Literalmente se cruzó España para estar con sus compañeros en un duelo tan señalado como el del Recre y festejó el triunfo con ellos como lo que es: uno más.

Verle de nuevo en el estadio no era la única buena noticia. “Todo va muy bien, estoy muy contento. Yo estoy convencido de que en poco más de un mes me autorizarán a venir a entrenarme con los compañeros para ir cogiendo el ritmo y poder empezar la temporada próxima al máximo”, dijo.

“Esto es duro, estoy deseando entrenarme y jugar”, sentenció.

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