Real Balompédica - Cartagena B | La crónica

La Balona abre la puerta de la Copa (2-0)

João Pedro se dispone a celebrar su gol mientras Saldaña lamenta su error en el suelo

João Pedro se dispone a celebrar su gol mientras Saldaña lamenta su error en el suelo / Erasmo Fenoy

Último triunfo en casa y con sabor copero. La Real Balompédica precisó dos monumentales obsequios defensivos para derrotar al descendido Cartagena B, pero al menos despidió esta catastrófica temporada con una sonrisa en casa y aupada a la séptima plaza del grupo IV de la Segunda Federación, que, de terminar en ella, le daría derecho a disputar la Copa del Rey. Los goles, uno en cada tiempo, de João Pedro y Aridane Santana y la vuelta a la competición después de cuatro meses de Santi Jara fueron las buenas noticias de una mañana algo más que soleada a la que le sobraron algunos reproches.

La Balona derrotó, sin alardes, al Cartagena B y depende de sí misma para disputar la próxima edición de la Copa. Un premio menor, tampoco hay que engañarse, pero a caballo regalado no es cuestión de mandarlo al dentista.

Los albinegros, como era de esperar, vieron desvanecerse en esta penúltima jornada sus remotísimas opciones matemáticas de disputar el play-off de ascenso a Primera RFEF, en las que, para qué engañarse, nadie creía. Ya tiene la segunda fase sus cuatro elegidos. Cuánto se echan de menos ahora los dos puntos que volaron del Ciudad de La Línea ante El Palo hace dos semanas. Por recordar solo los más cercanos. Eso sí, la opción de disputar, como mal menor, la Copa Federación la tiene prácticamente certificada el conjunto de La Línea.

Para estar en el bombo de la primera ronda del torneo del K.O. por excelencia, que es lo que ahora persiguen, los albinegros precisan conseguir en la última jornada (próximo domingo a las 12:00 con horario unificado) el mismo número de puntos en su visita al Atlético Antoniano -que consumó su permanencia este domingo y ya nada se juega- de los que logre el Águilas de Murcia en el campo del Marbella. Los costasoleños, a pesar de su goleada al Vélez de este domingo, aún debe defender la tercera plaza del asalto del Betis Deportivo, que le aventaja en el golaveraje particular. 

Contadas las consecuencias parece que el partido fue apenas algo menor. Y la realidad no dista mucho de eso. El duelo deja la sensación de que la Balompédica ganó por aplastamiento, porque es mejor, o como poco tiene más oficio, que un rival preñado de chavales que dejan llena la retina de buenos detalles futbolísticos, pero que atrás son muy vulnerables. Por algo llevan 51 tantos en contra.

Fernández Rivadulla premió a los once que empezaron en Orihuela con la titularidad. Pero en el primer tiempo hasta daba la sensación de que el filial cartagenero jugaba mejor el balón, con más criterio. Y eso que nada más arrancar el juvenil Killyan Bixente, que gozaba de su primer titularidad, se lesionó y abandonó el césped entre lágrimas. Bueno, y entre los cariñosos aplausos de la parroquia local.

La Balompédica se proyectaba lo justito en ataque. Apenas un buen disparo de Pitu desde lejos que interceptó bien Saldaña dejaba la impronta de algo parecido al peligro. Pero el Cartagena B es uno de esos equipos que se empeñan en el jogo bonito, sacando el balón de atrás con gusto, desoyendo riesgos. Y en el 21' el meta visitante se durmió en los laureles, João Pedro anduvo pícaro, le arrebató el cuero y marcó a puerta vacía.

Después del gol avisaron los locales por tercera vez. Fran Carbià tuvo la oportunidad de brindar a la parroquia una mañana más tranquila, pero se entretuvo en exceso y su lanzamiento acabó pegando en el meta departamental, que ya andaba por los suelos. 

En este análisis del primer periodo no debe quedar en el aire que Pepe Greciano se tiene que exigir más a sí mismo, quiere aspirar a ser titular/titular con un proyecto más consolidado que el que ya se apaga. El tarifeño tiene mucho desparpajo pero debe asumir que no basta con cuatro pinceladas.

A todo esto el rival no había firmado su rendición. A pesar de su clasificación hay en sus filas jugadores con mucho talento. El defensa David Guerrero -a pesar de su error en el 2/0- y los centrocampistas Antonio Arcos y, sobre todo, Guille Bernabéu.

El caso es que los visitantes andaban ahí, queriendo hacer su última reivindicación liguera. Y después de un saque de esquina (sí de otro) mal defendido Antonio Arcos estuvo a una cuarta de empatar. Poco después una pérdida de Antonio Romero en el centro del campo generó un vacío que permitió a Diego Iglesias (al que estaría bien que alguien le explicase que éste, mientras nadie declare lo contrario, es un deporte colectivo) llegar en ventaja, pero su disparo se fue directamente fuera.

La verdad es que ahí acabó el arsenal del filial. Es cierto que hacía un calor de justicia, pero la lógica indica que una muchachada debería haberlo soportado mejor la segunda parte que los de casa. Y es que la verdad no fue esa la causa. Los de La Línea se reajustaron, Nani ofreció su mejor versión (ya iba siendo hora) y ya no sufrieron atrás.

Mediado este segundo capítulo llegó la reaparición de Santi Jara, que quiso hacer tantas cosas en tan poco tiempo que acabó por no hacer ninguna. Entre otras cosas porque se le ve un pelín pasado de peso, después de un periodo tan largo de inactividad. Desde fuera, murmullos de reprobación a la entrada de Javi Pérez en su entrada al césped. No es del gusto de la gente, eso está claro.

La Balona sabía que era cuestión de ir madurando el partido y cuando Fernández Rivadulla ya tenía preparada la entrada de Morcillo para evitar el sobresalto final, llegó el 2-0. David Guerrero trató de interceptar un pase largo y lo que hizo fue convertirlo en un pase casi perfecto a Fran Carbià, que un alarde de generosidad lo entregó a Aridane Santana para que éste solo tuviese que empujarla.

Con el partido decidido llegaron los reproches al director deportivo, Alberto Achirica y la despedida con (tímidos) aplausos a una Balona que no fue capaz ni de ganar con gusto al último, pero después de un año de tantas penas, con la victoria ya se contenta la gente.

Ahora queda que la plantilla dé el último pasito y se gane el billete para la Copa, por lo que eso puede suponer para la institución (en imagen y en dinero). Porque por muy cansado que está todo el mundo de esta temporada, el domingo se acaba y el martes ya estará el que más y el que menos echando de menos el fútbol, para el que faltarán la friolera de dos meses y medio.

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