Dignidad en la política exterior española

La actitud del presidente Sánchez ha sido valiente, clara y necesaria frente a la respuesta criminal de Netanyahu en Gaza

La proyección exterior de un Estado es un elemento clave en su gestión de Gobierno. Lo ha sido siempre y es especialmente así hoy en un mundo globalizado en el que todos los aspectos de la política, la economía y la sociedad están profundamente interconectados con el mundo exterior. Por ello, para España como potencia media con ciertas fortalezas, pero también con fuertes debilidades y vulnerabilidades, la política exterior es esencial para la credibilidad, solvencia y buen funcionamiento del país. En los últimos años han existido episodios muy preocupantes que han mostrado una gestión exterior española extraordinariamente débil.

En la crisis de Ceuta de 2021 España fue incapaz de reaccionar con una cierta fortaleza a la perversa maniobra del Gobierno marroquí al utilizar a migrantes, muchos de ellos niños no acompañados, en su ataque híbrido a España. Gran parte de los analistas coincidieron que España jugó muy mal sus cartas, especialmente su pertenencia al Unión Europea, cuya involucración hubiera sido un importante revés a la política agresiva de nuestro vecino del sur. Con todo, el momento reciente más humillante de la política exterior española fue la filtración por Marruecos de una carta de nuestro presidente del Gobierno al rey de Marruecos en marzo de 2022 por la que abandona la tradicional posición española de respeto a la doctrina de las Naciones Unidas en torno al territorio ocupado del Sáhara y renuncia a los valores fundamentales de una sociedad democrática y se pliega a los intereses de una potencia ocupante que vulnera flagrantemente los derechos humanos de sus ciudadanos y de la población local saharaui.

Con estos antecedentes, la visita del presidente Pedro Sánchez a Israel y los territorios ocupados, así como al vecino Egipto, aunque polémica, ha sido sorprendentemente positiva. Nuestro presidente ha confirmado la posición común de la Unión Europa condenado expresamente los ataques de Hamas y la toma de rehenes, pero recordando que el derecho de Israel a defenderse debe respetar los límites del derecho internacional, debiendo ser proporcionado y respetar a la población civil palestina. Los países del sur global habían acusado a Occidente de una doble vara de medir en los casos de Ucrania y palestina. La actitud del presidente Sánchez y del primer ministro belga Alexander de Croo, que le acompañaba, ha sido valiente, clara y necesaria frente a la respuesta criminal de Netanyahu en Gaza. Hoy puede ser el último día de la tregua pactada gracias a la intervención de Estados Unidos. Espero que se prolongue y que Israel sepa escuchar a sus verdaderos aliados, los que le indican cual es el camino adecuado a seguir en esta crisis. Y en este grupo está la UE y, acertadamente, con dignidad, España.

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