Invasión

No podemos entender qué clase de sociedad pretende Rübe Heissarsch para Dumbassistán

Me he pronunciado por la paz pero la situación en Dumbassistán está pidiendo que todos apoyemos la intervención internacional en marcha. Su presidente ha de ser derrocado. Hay que elegir un mal menor para evitar una catástrofe mayor.Un país que no deja a sus ciudadanos ir a la escuela y que prohíbe la formación universitaria, que no permite que puedan vestir con una mínima comodidad práctica ni caminar por la calle salvo con tu hermano o tu padre y cubierto hasta la cabeza, que no deja que su población pueda tener una vida propia, y todo bajo la amenaza del castigo físico e incluso de la muerte... es una prisión donde hombres sin rostro, relegados sólo a trabajos físicos sin cualificación, reglamentados hasta sobre cómo hablar y con quién, mueren sin futuro. No podemos entender qué clase de sociedad pretende Rübe Heissarsch para Dumbassistán.

Heissarsch es un peligro para todos, su fanatismo rayano con lo distópico y fundamentado en creencias ridículas en un dios que, de ser así, es el peor enemigo de la Humanidad, no merecen más que la intervención que iniciamos por el peligro que supone su ejercicio. Estoy absolutamente de acuerdo con el aislamiento diplomático y económico, con la inmovilización del capital dumbassistano invertido en el exterior y el control del que pretenda salir, porque toda forma de presión contra esta barbarie es poca.

La Comunidad Internacional ha tenido la obligación ética de intervenir, no caben paños calientes; la dignidad de estos hombres tratados como animales obliga a decisiones desagradables pero que nos vinculan con un porvenir libre, no con el horror y la destrucción. Las penas de muerte “legales” de este régimen, vehiculadas a través de la absurda Policía del Decoro, son una regresión religiosa incompatible con los Derechos Humanos y hasta con la realidad pragmática de una sociedad interconectada digitalmente, no olviden que la intención última de Rübe Heissarsch es sacar a la población de internet y hasta de las bibliotecas.

Este artículo que usted lee no sería una ironía irreal si la situación que sufren las mujeres en Irán (y tantos otros lugares del mundo) fuera contra los varones o la población en general; admitámoslo, compartimos esa misma mirada racista esclavista para con las hembras, y no queremos despertar.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios