El Campo de Gibraltar pone este Domingo de Resurrección punto final a una Semana Santa 2024 pasada por agua que, si bien ha sido de las peores que se recuerdan para los cofrades, se ha tornado de las más beneficiosas para los embalses y el campo, ayudando a paliar una situación de sequía preocupante.
Este último día de marzo ha vuelto a ser una jornada en blanco para las hermandades de la comarca que durante siete días han mirado al cielo con desesperanza y han asumido con resignación que la lluvia, más que necesaria, ha dado al traste con las ilusiones de todo un año de espera.
En definitiva, el Domingo de Resurrección, con sus suspensiones en Algeciras, Tarifa y San Roque, ha sido el broche final para una Semana Santa con muchas más sombras que luces en lo que a la posibilidad de poner en la calle el patrimonio de las distintas hermandades se refiere, ya que de forma generalizada apenas si se ha podido vivir una jornada completa de procesiones en alguno de los ocho municipios de la comarca.
Ante las inclemencias meteorológicas, las distintas imágenes del Resucitado han permanecido en la mañana de este domingo en veneración en sus respectivos templos.
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