Balcón de Sol

José garcía-carranza

Premio Nacional del Tauromaquia

Crónica: Para una inmensa minoría..

ESTE fin de semana desayunamos los aficionados con la noticia de la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia por el Ministerio de Cultura. Es una triste noticia, no tanto por la cuantía económica como por lo que significaba de apoyo por la Administración a una de las manifestaciones culturales más nuestras. Tampoco es de extrañar, si por algo se caracteriza la historia de nuestra tauromaquia es por el intento constante de las élites por suprimirla. Ya lo intentó en su día la iglesia, por no hablar de la monarquía o los ilustrados. La mejor defensa de la fiesta es su arraigo popular, piel de toro llamaban a la península, es la fiesta del pueblo, la que más nos representa, la más democrática y libre y es por eso, no nos engañemos, el intento continuo de las élites para acabar con ella. Tampoco me ha gustado la reacción de muchas comunidades, en un interés claramente partidista, de anunciar la instauración de premios. Se agradece la intención, por supuesto, pero la tauromaquia debería huir de posicionamientos partidistas o ideológicos y no dejarse utilizar o que la utilicen. Me ha gustado mucho, por el contrario, el anuncio de la Fundación del Toro de Lidia de la creación de un premio que sustituya al eliminado. Sugiero que este premio no tenga carácter nacional sino, evocando los valores universales de la tauromaquia, internacional, y se entregue en Ronda, Plaza de piedra de Ronda, la de los toreros machos que diría Villalón, cuna del toreo y donde su Maestranza estaría encantada de abrir sus puertas, huyendo así de capitales nacionales o autonómicas y la utilización partidista del acto, remarcando por el contrario el carácter apolítico, popular y universal de esta manifestación artística única.

Presentó la plaza una muy buena entrada, especialmente de gente joven. Esta es la mejor respuesta que se puede dar al ministro. La novillada de Julio de la Puerta no defraudó, de buenas hechuras, con un punto de mansedumbre, en general se dejó en la muleta destacando el segundo, tercero y, sobre todo, el colorado quinto con mucha nobleza y calidad en la muleta. No se debió ir sin desorejar al desolladero. Tristán Barroso era de la terna el que más había toreado, y se notaba. Domina la técnica y tiene un buen concepto, si bien tiende a componer mucho la figura. El toreo tiene que ser natural. Samuel Navalón tuvo el mejor lote de la tarde. Estuvo correcto y técnico sin más con unos novillos de triunfo grande. Mariscal, otro más de esta querida dinastía, llevó muchos partidarios a la plaza que le jalearon constantemente. Se notaba que era el que menos placeado estaba, debutaba con caballos si no estoy mal informado, fácil con las banderillas, con la muleta, ante el peor lote, se vio desbordado muchas veces. Es una pena que los novilleros se vean obligados, ante la falta de oportunidades, a debutar o venir a Sevilla con muy pocas novilladas previas. Así es muy difícil. De todas las dificultades que tiene el toreo ésta, posiblemente, es la que necesite una solución más urgente. Hace falta que se celebren más novilladas, nos jugamos el futuro de la fiesta.

Me fui de la plaza, ya anocheciendo en una fresca noche que más parecía marzo que mayo, recordando a Romero con un traje verde limón dando lances a la verónica a un toro de Juan Pedro desde el tercio hasta la boca de riego. Eran lances templados, lentos, armoniosos, bellos, eternos. Quizás si el ministro de Cultura que ahora tenemos los hubiese visto, hubiese comprendido por qué los toros son un arte, el más bello arte. Él se lo pierde.============Opi-Firma (6577190)============

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