La setas son el producto estrella del restaurante El Ventorrillero, en pleno centro de Jimena de la Frontera. Este caviar recolectado en el Parque Natural de Los Alcornocales se sirve de muy diversas y deliciosas maneras: a la plancha con ajillo, en revuelto, con garbanzos, en croquetas, con arroz, en carpaccio...

En temporada, pueden llegar a tener una decena de variedades de setas diferentes: chatarelas, gulas de monte, trompetas negras, lengua de vaca... Ahora, en enero, todavía sirven, aunque son las últimas. Con la llegada de la primavera, adaptarán su carta a los productos de temporada, como los espárragos frescos. 

Todos los platos los elabora con esmero Pepi Herrera Orellana, que lleva cuarenta años al frente de la cocina. El local, en una esquina de la Plaza de la Constitución, lleva funcionando como bar desde 1920, pero fue en 1983 cuando Jacinto Gómez, marido de Pepi, se hizo cargo de él.

Boletus al ajillo y laurel, un plato servido en 'El Ventorrillero'.

El mesón, uno de los mejores del Campo de Gibraltar, apenas cuenta con ocho mesas en su interior y media docena en la terraza. Unos 35 comensales cuando está lleno, por lo que conviene reservar. Solo cierra los lunes. El resto de días se encuentra abierto tanto para desayunos (a partir de las 10:00), como para comidas y cenas. El hijo de Pepi y Jacinto, Luis Gómez Herrera, atiende a los clientes. Acude de mesa en mesa y se sienta con los comensales a explicarles los platos del día.

Además de las setas -no sólo de verdura vive el hombre-, destacan las carnes de caza, los arroces por encargo, la morcilla salteada, el pulpo a la gallega, las ortigas, la lubina y atún a la plancha, el paté de perdiz, el queso frito, el guacamole casero y los exquisitos buñuelos de bacalao. Luis detalla con paciencia los ingredientes y elaboraciones de cada plato.

El gato de 'El Ventorrillero', echando una siesta.

En la carta de postres destaca el arroz con leche, casero al igual que las tartas. Otro punto a favor es que tienen vino de Cádiz. No es recomendable ir con prisas.

Un enorme gato es el dueño y señor de este mesón familiar presidido por una jaula donde a cualquier hora del día y la noche canta un periquito.

En Jimena también es posible realizar una ruta micológica para aprender a identificar las especies más importantes de setas silvestres, una actividad que se complementa con las jornadas que, cada año, organizan desde el Ayuntamiemto.