Opinión

Trastorno límite de la personalidad

Una persona con depresión.

Una persona con depresión. / E. S.

El trastorno límite de la personalidad es una alteración de la salud mental, que impacta la forma en que piensa y siente una persona, acerca de sí mismo y de los demás, causando problemas para insertarse normalmente en la vida cotidiana. Incluye dificultades de autoimagen, manejo de emociones y del comportamiento, así como un patrón de relaciones inestables.

Nuestro Código Penal, en sus artículos 20 y 21, recoge entre las circunstancias que eximen y atenúan la responsabilidad la comisión de un hecho punible a causa del padecimiento de cualquier alteración o anomalía psíquica, en la que el autor no pueda comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión.

Cuando se han planteado este  trastorno en los tribunales, en juicio oral por delitos cometidos por personas con este padecimiento, son escasos los supuestos en los que se ha apreciado como atenuante, al considerar que el sujeto no presenta déficit intelectual, aunque se halla en zona límite, y tiene dificultad para controlar sus impulsos.

"Los trastornos de la personalidad no han sido considerados en línea de principio por la jurisprudencia como enfermedades mentales"

Lo más habitual es considerar este trastorno de la personalidad como un patrón característico del pensamiento, de los sentimientos y de las relaciones interpersonales que pueden producir alteraciones funcionales y son susceptibles de tratamiento, pero sin que la capacidad de entender y querer del sujeto esté disminuida o alterada desde el punto de vista de la responsabilidad penal. Los trastornos de la personalidad no han sido considerados en línea de principio por la jurisprudencia como enfermedades mentales que afecten a la capacidad de culpabilidad del mismo. En algunos casos se han apreciado como atenuación de la responsabilidad, nunca como exento de responsabilidad en el ámbito penal.

El doctor en Psiquiatría Mario Acevedo acaba de editar un libro a modo de ensayo, que aporta un conocimiento bastante amplio sobre esta enfermedad que la padecen bastantes ciudadanos en el mundo, tras un estudio realizado a cientos de pacientes en su consulta de psiquiatría a lo largo de bastantes años.

El libro analiza cómo se manifiesta en mayor medida en el sexo femenino y el inicio suele aparecer entre la infancia y la primera vida adulta. Son personas caracterizadas por una gran inestabilidad en sus relaciones interpersonales, carentes de afectividad, que no han sentido el apoyo paterno desde su niñez y se van acentuando a lo largo de su crecimiento y existencia. Sienten amenazas o conductas suicidas o autolesiones, a menudo en respuesta al miedo de separación o rechazo.

En su ensayo cita a personalidades que han sufrido esta herida biológica, como Marilyn Monroe, Judy Garland, Amy Winehouse... Todas ellas terminaron buscando una salida falsa al problema, con el consumo de alcohol, drogas o cualquier otro estupefaciente.

Prisiones

En su análisis, el doctor Acevedo destaca el número de reclusos en las prisiones con este padecimiento, cifrándolo entre un 20 a un 25%, con el riesgo que les supone el estar ingresados en lugar donde no deberían estar, siendo el suicidio al que llegan en ocasiones estas personas una forma de salir del mal que les aqueja. Además, insta a las autoridades competentes a que se creen centros especiales de cumplimiento para este tipo de personas.

La psicoterapia, también conocida como terapia de conversación, según el doctor Acevedo, es el tratamiento básico para este trastorno. En él se trata de reducir la impulsividad al ayudarte a notar los sentimientos en lugar de actuar de acuerdo con ellos, trabajar para mejorar sus relaciones, al estar más consciente de sus sentimientos y los de los demás; y sobre todo, destaca, el enseñar al enfermo a conocer el trastorno límite de su personalidad.

Considero, en fin, una magnífica aportación, no sólo al mundo de la Psiquiatría, sino también al mundo del Derecho. Son numerosos los autores de delitos que son juzgados y alegan este trastorno límite de la personalidad y han de ser más tenidos en cuenta, con informes periciales médicos; y quien lo alega llegue a acreditar que, realmente en el momento de la comisión delictiva, padecía esta deficiencia en su capacidad de actuar.

Estoy de acuerdo en que estos enfermos, en el caso de cumplir condenas por delitos, deben estar separados del resto, quizás en zonas especiales, para que no lleguen a sentirse como delincuentes comunes y sí como enfermos, como expresa el doctor Acevedo.

Un libro, en fin, muy asequible a la lectura, no sólo para los expertos en Psiquiatría, Medicina Forense y juristas, sino para todas aquéllos interesados en conocer la evolución de la Medicina Psiquiátrica, sus causas y tratamientos.

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