El Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y la Guardia Civil intervinieron en el puerto de Algeciras cerca de 25.000 kilos de hachís ocultos en un camión procedente de Marruecos cuyo valor en el mercado podría haber alcanzado los 50 millones de euros. Se trata de la segunda mayor incautación de hachís en tránsito de la historia de España. La primera ocurrió también en Algeciras, a finales de junio de 2015. Entonces fueron 48 toneladas, pero iban en dos camiones. Esta vez es uno solo.    

La intervención tuvo lugar en la zona de cabotaje, donde el camión fue marcado como sospechoso por una Guardia Civil del grupo cinológico con su perro detector de droga, tras lo cual se inició la inspección del vehículo. Fue entonces cuando los agentes realizaron la apertura del remolque del vehículo que, según la documentación presentada por el conductor, transportaba melones con destino Perpiñán. En el interior del remolque, los agentes encontraron 22 habitáculos de madera en cuyo interior se ocultaba una gran cantidad de fardos de hachís, sorprendiendo a los investigadores que, en cambio, del producto legal declarado apenas hubiese un reducido número de unidades. 

El conductor del camión fue detenido como presunto autor de un delito contra la salud pública y puesto a disposición de la Autoridad Judicial.

De acuerdo con la mercancía extraída hasta el momento, se estima un peso de 25.000 kilos de hachís, lo que supondría la mayor incautación de esta sustancia por tráfico rodado desde el año 2015, cuando se llevó a cabo la intervención de casi 48 toneladas de hachís, también en Algeciras y oculta en dos camiones.

El perro Shulo, protagonista de la incautación de 2015.

Entonces fue también un perro el que marcó la droga. Faltó poco para señalarse como el mayor alijo de hachís de la historia de España. El que le quitó el récord fue un almacén de Córdoba (52 toneladas), probablemente rellenado durante meses. Eso sí, nunca en un puerto de España se había logrado interceptar una cantidad semejante. Los agentes de la Guardia Civil y los funcionarios de Vigilancia Aduanera que prestan sus servicios en el puerto de Algeciras, centraron sus sospechas en un camión procedente de Marruecos con destino Bélgica, que transportaba, al menos en teoría, material eléctrico. Fue entonces cuando entró en acción uno de los protagonistas de esta historia, Shulo, un perro de aguas de ocho años que junto con su agente Marcos, forma parte del Servicio Cinológico de la Comandancia algecireña.

Tras una pantalla de 60 cajas de cartón y dos embalajes de madera vacíos, se encontraban 22 cajones de madera, perfectamente clavados, que contenían 700 fardos que arrojaron un peso de 24.280 kilos de hachís. Otro camión, gemelo del anterior y de la misma empresa, fue inspeccionado. En su interior transportaba otros 800 fardos que pesaron 23.610 kilos de hachís. La organización criminal que movió semejante cantidad de hachís, había utilizado empresas pantalla y cobertura de mercancías para su despacho a través del puerto de Algeciras.