Entrevista | Enrique Salvo Tierra, doctor en Ciencias y Auditor de Helechos

"A lo largo de la historia ha habido cambios climáticos, pero ninguno como el de ahora"

Entrevista a Enrique Salvo por Marco A. Rodríguez

La singularidad del Campo de Gibraltar es extensa en muchas facetas. En su vertiente geográfica, destaca por la proximidad entre dos continentes, la fusión de un mar y un océano. La comarca se distingue por su peculiar climatología e incluso por estar asentada casi encima de una placa tectónica continental, la Euroasiática. Su flora no se queda atrás, hay especies dentro del Parque Natural de Los Alcornocales que son una auténtica joya que solo podemos encontrar en este rincón de nuestro planeta y unas pocas poblaciones en el monte verde de algunas Islas Canarias. Es el caso de la Pteris incompleta (Helecho Real) y de la Diplazium caudatum, dos raras especies que, por esa peculiaridad, aún no tienen nombres vernáculos.

Ángel Enrique Salvo Tierra (Algeciras, 1957) es doctor en Ciencias y director de la Cátedra de Cambio Climático de la Universidad de Málaga. Como él mismo reconoce, es un enamorado de los helechos desde muy joven, cuando hacía sus excursiones por el valle del Río de la Miel, la Garganta del Capitán o la Sierra de Luna. Su pasión por esa especie ha marcado toda su vida como docente e investigador hasta tal extremo de que su tesis doctoral, enfocada a los helechos en Andalucía, fue reconocida con el premio extraordinario de doctorado. Ha escrito cientos de artículos en revistas especializadas y publicado diversos libros, entre los cuales figura la Guía de los Helechos de la Península Ibérica y Baleares, todo un referente en su campo. El mismo se define como “auditor de Helechos”.

Enrique Salvo con las vistas de Gibraltar. Enrique Salvo con las vistas de Gibraltar.

Enrique Salvo con las vistas de Gibraltar. / Marco A. Rodríguez

Su faceta de comunicador le ha llevado a varios programas de televisión y radio con un estilo muy propio que hace sencillo trasladar sus conocimientos de forma comprensible y amena. Con los años, ha focalizado sus investigaciones a un problema al que nos enfrentamos toda la humanidad: el cambio climático y, especialmente, su incidencia sobre la flora, la vegetación y la ordenación territorial, así como de su mitigación a través de soluciones basadas en la naturaleza e infraestructuras verdes.

-¿Por qué es tan importante el Parque Natural de Los Alcornocales?

-Los Alcornocales contiene joyas de la historia natural del planeta que son únicas. Lo que más me ha llamado la atención son esas especies que solo encontramos en esta zona que tienen en sí una historia de lo que ha sido el devenir del planeta, con cambios climáticos incluso y ha sido extraordinario leer en ellos lo que nos han contado del pasado y lo que nos pueden decir sobre el futuro.

-¿Cómo comienza todo?

-Recientemente hemos encontrado unos hallazgos extraordinarios en la zona cercana a la base de esta Sierra de Luna de hace unos 235 millones de años. Se encontraban en el extremo de un golfo que estaba formado por las actuales tierras de Arabia e Irán y por otra parte del sur de Europa, que después sería el Mar Mediterráneo, remanente del Mar de Tethys. Estas sierras debieron tener en aquellos momentos entre 4.000 y 5.000 metros de altura. En sus cumbres había abetos y araucarias y una gran cantidad de helechos que se iban adaptando a esa situación tan peculiar. A lo largo de la historia han habido muchos cambios climáticos, pero ninguno como el de ahora de una velocidad tremenda. La biodiversidad del Parque Natural de Los Alcornocales es única en el planeta, sus helechos nos hablan de la historia de la vida, desde su origen hasta nuestros días.

-¿Qué ocurrió en esta zona hace millones de años?

-En el Carniense y durante unos tres millones de años, en esta zona llovía permanentemente unos 1.500 litros de agua al año, una auténtica barbaridad. Eso provocó que la flora fuese arrastrada hasta el mar y dio origen a una gran biodiversidad de helechos, entre ellos los conocidos como cola de caballo, que tenían 35 metros de alto, el equivalente a un edificio de doce plantas.

-¿Cómo era en un principio el Estrecho de Gibraltar?

-Cuando las dos placas continentales se cerraron -África y Europa- había dos formas de penetrar agua hasta aquel momento en el Mediterráneo; una era a través del Genal y Guadalhorce y la otra por el norte de África. Esto estaba dentro de lo que se llamaba la cordillera Taríquides. En algún período de tiempo se taponó la entrada de agua desde el Atlántico al Mediterráneo, ocasionando un desnivel muy alto entre ambos con una cascada de unos 3.000 metros de altura cuyas evidencias nos quedan en los fondos marinos cercanos al arco de Gibraltar. La presión era tan fuerte que colapsó y se produjo la inundación más grande de todo el planeta, conocida como la inundación Zancleana, que en horas recuperó parte del Mediterráneo.

Un ejemplar de Helecho Real, en el parque de Los Alcornocales. Un ejemplar de Helecho Real, en el parque de Los Alcornocales.

Un ejemplar de Helecho Real, en el parque de Los Alcornocales. / Marco A. Rodríguez

-¿Cómo nos va a afectar esta crisis climática?

-Hasta el año 2050 aproximadamente hará que llueva lo mismo pero en menos días, como hemos visto este año. A partir de ahí, las temperaturas seguirán subiendo y tendremos cada vez más olas de calor. Ahí está el riesgo para estos ecosistemas tan únicos y singulares en el mundo. Este lugar es único y exclusivo en el mundo con pasajes que recuerdan la historia de nuestro planeta.

-¿Cómo serán estas tierras en un futuro?

-África y Europa tienden a unirse nuevamente, son dos continentes hermanos desde su formación. La velocidad a la que se unen es idéntica a la del crecimiento de una de nuestras uñas, por lo que la unión será dentro de cinco millones de años cuando el Estrecho de Gibraltar vuelva a cerrarse. Eso llevará a otros acontecimientos dentro del planeta. Vemos además el crecimiento del mar, la Bahía de Algeciras y las tierras circundantes van a quedar muy condicionadas por esa elevación de las aguas. En la playa de la Alcaidesa es donde el mar está subiendo más.

-¿A qué retos nos enfrentaremos?

-Tendremos que adaptar de alguna manera la disposición de las infraestructuras y especialmente de las viviendas a esas condiciones del cambio climático. Otro de los problemas es la invasión de las especies exóticas invasoras que están entrando por el mar. Debemos cuidar esta flora, de no hacerlo podrían desaparecer en unos cincuenta años.

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