La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La Italia de Federico, Nuccio y Silvio

Ganó ‘Il Cavaliere’. Porque la Italia de 2023 se parece mucho más a la de Silvio que a la de Federico y Nuccio

El sábado murió Nuccio Ordine y ayer, Silvio Berlusconi. Ordine representó, como reconoció el jurado del Premio Princesa de Asturias que desgraciadamente no podrá recoger, “la necesidad de recuperar la riqueza del humanismo para las nuevas generaciones”. Cuando le notificaron el premio recordó a sus predecesores Umberto Eco y George Steiner, defensores de una idea culta y humanista de Europa que Ordine mantuvo hasta su último escrito publicado en España, el prólogo del libro Luchar contra el olvido de Borja Hermoso, en coherencia con lo que dijo en una de sus últimas entrevistas: “Hay una frase maravillosa de Kundera: La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido. Si olvidamos, si perdemos el contacto con la memoria, vamos a crear un mundo de bárbaros, un mundo de ignorantes, un mundo de gente que carece de sentido crítico para decir no”.

Berlusconi representó el imperio de la telebasura y la emergencia del populismo de derechas (fenómeno paralelo al populismo de izquierdas que de momento cogobierna España). En la televisión, desde que en 1978 fundó Telemilano, origen de Mediaset, y en política desde que dejó el Partido Socialista Italiano (PSI) de Craxi para fundar en 1993 Forza Italia al frente del que ganó las elecciones en 1994, el mismo año en que se disolvió el PSI dando lugar a la llamada “diáspora socialista”. Tras muchos años de formación y presidencia de gobiernos, escándalos y juicios ha fallecido en activo como senador y con su formación integrada en la coalición de derechas populistas que lidera Meloni.

Quiso la casualidad que Federico Fellini, enemigo jurado de la telebasura y de Berlusconi, muriera el mismo día que el diario La Repubblica hacía pública la entrada del magnate en política con Forza Italia. Fellini batalló contra Berlusconi, denunciando que sus películas se emitieran en sus cadenas con cortes publicitarios, y caricaturizó la telebasura en sus tres últimas películas –Ginger y Fred, La entrevista y La voz de la luna– dejando tras su muerte el proyecto de otra en la que Venecia se convertía en un resort y un plató publicitario televisivo.

Ha querido también la casualidad que Ordine y Berlusc oni murieran con tan solo dos días de diferencia. Vista la actual realidad política italiana, ganó Il Cavaliere. Porque la Italia de 2023 se parece mucho más a la de Silvio que a la de Federico y Nuccio.

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