Se habrá dado cuenta con su seguro privado de salud que también tiene lista de espera. Enhorabuena, bienvenido al tocomocho. Tontos de solemnidad, porque hemos aguantado que nos degraden la Pública, hemos huido como ratas a la privada y hemos descubierto que era todo una trola perfectamente calculada para sacar "la pasta" de allí, monetizarla en empresas con dueños y devolvernos a la casilla de salida: las listas.

Si quiere usted privada, no pida cita: pague. Es muy sencillo. ¡Ah!, ¿que no puede? Fuck you, que queda muy bien en inglés y se puede imaginar lo que significa. Es fácil, esos seguros privados baratitos -entre comillas- que usted apoquina mensualmente eran un reclamo consecuencia del colapso de los Centros de Salud, negado por nuestros políticos gestores; ahora que usted es cliente, ocurre lo previsible: el colapso se va trasladando a estos centros privados, más pequeños, y usted tendrá que aguardar listas de espera "de élite" rodeado de excelsos clientes que no se degradan con la escoria "de clase baja".

Hay gente, empero, que no sabe qué son esas listas, no entiende de qué nos quejamos porque la secretaria (o secretario, oh modernidad) llama y avisa de que va a la consulta, y si tiene algo grave se opera sobre la marcha, que por eso también a veces falta algún dia en su seguro el fantástico galeno personal... está con otra. Se pregunta ensimismada esta gente de qué se queja usted, con lo que cuesta la Sanidad Pública.

Una de las adalides de este modelo de libertad están legislando para que las habitaciones de lo que se reconozca oficialmente como "hospital" no tengan por qué tener luz natural. No explico más, usted siga votándola.

Ya he argumentado que no entiendo por qué la Fiscalía no los procesa por malversación. Pero, a fuerza de tensión, cada vez empiezo a tener más claro que la única clave es prohibir la privada. ¡Déjenme hablar! Veo difícil prohibir absolutamente lo puramente privado, ellos se lo guisan y ellas se lo comen, pero lo que me parece indiscutible es que cuando hablamos de derechos básicos que tocan la dignidad de las personas, establecer diferencias de trato es una forma de degradar los valores democráticos y de convivencia, ¿por qué no privatizar las prisiones?, así estas políticas del chanchullo y otros aficionados la pispería podría ir a cárceles del Mediterráneo con vistas y un buen cáterin.

Esto va a requerir un Gobierno serio y contundente capaz de defender la democracia, y ya les digo que eso comportará el ataque furioso de los "media" al servicio de la sevicia ultrarreaccionaria (sinónimo de "la pasta", con disfraz de patria paramilitar). Justicia o estafa, ésa es la cuestión.

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