La Virgen de la Cueva

Le va a hacer falta lluvia para no pasar a los anales como quien redujo Doñana a un tercio de su extensión

Sospecho que nuestro presidente andaluz, taimado, sonriente, familiar y navideño, es un maestro de la demagogia de centro, a diferencia de la de Madrid bolsonara, esta demagogia del que siempre se cree en el lugar acertado porque se autodefine como equidistante, ni machista ni feminista.

Legislar para nada es lo que defiende este Gobierno del PP, con VOX: legalizar las tierras de regadío ilegal pero no para que rieguen, que es como dar licencia de bar a garitos cutres de venta de drogas ¡pero no para que trafiquen! La pregunta es muy sencilla, si no es para que rieguen: ¿por qué reconocerlas si no se pueden sembrar?

Yo vivo en el cogollo de la polémica y la he sufrido en mis propias carnes-tierras, lo veo hoy: arroyos desaparecidos, pozos inutilizados, las pocas choperas restantes muriendo agónicamente, cambio en la vegetación, en la consistencia de las tierras, erosión, rotura del ciclo de lluvias por falta de vegetación e incendios sin control; los técnicos proponen una cuenta muy sencilla: necesidad de agua para el fruto rojo por hectárea, producción media, hacer la diferencia del agua gastada legalmente y la producción vendida... y no sale. Añadan la millonada de dinero negro que se mueve, sufrida por quienes intentan trabajar con derechos o acceder a una vivienda medioqué, lavadero de la pasta cloacolocal.

El PSOE ha de callar. Es el responsable de la situación actual, sin olvidar que este PP que la crítica en vez de solucionarla la consolida; los alcaldes de los pueblos afectados no pueden ni abrir la boca, les va en ello hasta lo personal. Hablan de lobbies ecologistas estos zahoríes sin escrúpulos que pagan a un exdiputado de Ciudadanos para que presione por lo privado donde acaba de trabajar como Estado. ¿Eso no es puerta giratoria?

Vencen (no convencen) los negacionistas que afirman que biólogas, físicos, estadísticos, agentes de medioambiente, gestores, estudiosas de la ecología e incluso historiadores de Doñana conspiran para hacer felices a los patos, mientras mueren de hambre los humanos; no sé si casa esto con el nivel económico de algunos empresarios, con las diferencias de clase en la zona y las concentraciones de chabolas y semiesclavitud investigadas por la Unión Europea, cuñadismo contra Ciencia.

Es debilidad democrática ver cómo la Administración se ha convertido en mera procesadora de los documentos que el normativismo de estos partidos genera, al dictado populista, sólo para callar bocas y seguir manejando presupuestos. Un Gobierno de verdad hace mucho que debería estar estudiando y promoviendo una agricultura alternativa y sostenible, controlando que nadie robe el bien común, impidiendo y sancionando la comercialización de toda producción no justificada, colaborando con la Universidad para buscar soluciones y sí, también, sí, trayendo agua de donde la hay para solucionar déficits reales y no seguir alimentando un monstruo y secando con trapacerías el derecho de las generaciones venideras de admirar, vivir y entender(se) en la Naturaleza.

No hace bien nuestro simpático presidente en ocuparse de la mácula en la rociera paloma blanca, debería granjearse la gracia de la de la Cueva: porque le va a hacer falta lluvia para no pasar a los anales como quien redujo Doñana a un tercio de su extensión y arruinó, por insostenible, la agricultura tradicional y honrada y legal de ese territorio.

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