La previsión de lluvia no pudo con el día más importante de la Semana Santa de San Roque. La Magna del Santo Entierro recorrió las calles de una ciudad que se reencontró con su gran procesión en un Viernes Santo tan ventoso como lleno de devoción y cariño por Cristo y su Madre. Al final, un chaparrón obligó a acelerar el desfile. Salieron los paraguas, se cubrieron las imágenes y los pasos se recogieron a toda prisa. 

El Consejo Local y Sacramental de Hermandades y Cofradías de San Roque activó el protocolo de agua y decidió suprimir la participación del Escuadrón de Romanos y los cortejos de todas las cofradías y hermandades. Sólo procesionaron los pasos de cada hermandad con sus ciriales, incensarios y presidencia.

La idea era acortar la duración del desfile para aprovechar que la previsión meteorológica indicaba que entre las 17:00 y las 23:00 no iba a llover. Cuanto menos tiempo estuvieran los pasos en la calle, menos probabilidades había de que un chaparrón los sorprendiera en plena procesión. Por el mismo motivo se acortó el recorrido, de modo que, de la Parroquia Santa María la Coronada, se cruzó la Plaza de la Iglesia, de allí a Rubín de Celis, San Nicolás, Artillero, Navarra, Plaza Espartero, Vallecillo Luján, Coronel Moscoso, General Lacy, Almoraima, San Felipe y vuelta a la Plaza de la Iglesia para entrar en Santa María la Coronada.

La Magna de San Roque.

La Magna salió media hora después de lo previsto. La razón es que el Medinaceli y la Merced se encontraban en la capilla de la Santísima Trinidad en Los Olivillos ya que no pudieron hacer su estación de penitencia el pasado Miércoles Santo, también por culpa de la lluvia. A las 17:00 salió de su capilla para participar en la procesión Magna, a la que se incorporó en la esquina Vallecillo Lujan con General Lacy. Lo mismo ocurrió con la Cofradía del Nazareno y Virgen de los Dolores, que salió de la capilla de la Visitación a las 19:15 para sumarse a la Magna en el mismo lugar.

En la procesión Magna se portan imágenes de gran antigüedad, que ya se veneraban en Gibraltar antes de la ocupación del Peñón y de la huida de sus habitantes a lo que ahora es San Roque. Por ejemplo, el Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia (la Caña), una talla policrómala del siglo XVII que fue el Cristo de la Columna en Gibraltar y traída desde la Roca en 1715 junto con otras tallas. También el Nazareno, de autor desconocido de origen genovés, que se quedó en San Roque en 1722. También el Cristo de la Vera-Cruz, de la hermandad más antigua de San Roque, también de origen gibraltareño, que data de 1610, y que a lo largo de los siglos ha salido en procesión para aplacar el cólera o para rogar lluvias, por lo que también se le conoce como Cristo de las Aguas. Y, el Santo Entierro, titular de la Magna, que data de mediados del siglo XV, de autor desconocido y de un gran valor artístico como la Virgen de la Soledad, bella talla que el sacerdote Romero de Figueroa trajo a la Ermita de San Roque con riesgo para su vida.

La Magna de San Roque.

Declarada como de Interés Turístico Nacional de Andalucía, es una de las más destacadas muestras de fervor de la provincia. Son muchos los sanroqueños que viven fuera de la ciudad los que regresan a su tierra para asistir a la Magna.

Procesionan, por este orden, la Venerable Cofradía de Nuestro Padre en la Oración en el Huerto y Nuestra Señora del Mayor Dolor; la Venerable Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado Medinaceli y Nuestra Señora de la Merced; la  Venerable Hermandad del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora de la Esperanza; la Venerable Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores; la Venerable Cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima de la Amargura; la Antiquísima y Venerable Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera Cruz en el Calvario; la Venerable Hermandad y Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, así como la Venerable Cofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de la Soledad. 

Como ocurre cada año desde 2012, los mayores del municipio pudieron presenciar la procesión Magna del Viernes Santo desde el Palacio de los Gobernadores.