Vivir el sur

La casa que marca la historia del municipio más joven de Cádiz

La Casita de Campo. Imagen de archivo.

La Casita de Campo. Imagen de archivo. / Erasmo Fenoy

La historia de San Martín del Tesorillo, el municipio más joven de la provincia de Cádiz, la marca la construcción de un edificio, el conocido por los tesorilleros como la Casita de Campo, una vivienda rural de ocio que perteneció a la familia Larios y que fue el origen de la población del Campo de Gibraltar.

El Marqués de Larios levantó su primera residencia en la comarca en 1882. La casa, la única de carácter rural de las tres que tendría en el Campo de Gibraltar, se construyó en el cortijo de Montenegral Bajo, convirtiéndose en un núcleo en torno al que se formó San Martín del Tesorillo. El primer Marqués de Larios, Martín Larios Herreros, presidente de la Sociedad Industrial y Agrícola de Guadiaro, es, además, el que le da nombre a la población.

La Casita de Campo, en la actualidad está siendo reformada para convertirse en el Ayuntamiento de San Martín del Tesorillo, ubicado en otra localización. Se extiende por 800 metros cuadrados repartidos en dos plantas y un sótano. Es de estilo victoriano, con un torreón poliédrico y dos partes diferenciadas por sus materiales de construcción, por lo que se sabe que una estaba destinada a la familia del marquesado y otra a su servicio.

En su interior destaca una cocina de hierro forjado, aunque también cuenta con un sistema de calderas, chimeneas, depósitos de agua, grandes salones, un comedor, un hall y dormitorios.

El exterior, en aquel entonces, contaba con un jardín botánico de 10.000 metros cuadrados y una pista de tenis, una curiosidad para los habitantes de la época, puesto que en ese momento no era un deporte popular en la zona.

En 2010 nació la Asociación Todos por la Casita de Campo con la intención de trabajar en la recuperación del edificio que perteneció a la familia Larios hasta la década de los años 30, momento en el que se hizo con los latifundios el terrateniente Juan March. Este los dividió en parcelas para ponerlas en venta para agricultores, por lo que la vivienda tomó carácter empresarial. Finalmente, en 2011, pasó a ser de titularidad municipal tras un convenio con los propietarios y se registró a nombre del Ayuntamiento de Jimena de la Frontera.

Desde entonces, la Casita de Campo ha sido víctima del paso del tiempo y de varios actos vandálicos, aunque el trabajo que comenzó la asociación fue apoyado por Diputación de Cádiz que invirtió, entre otras cosas, en mejorar la cubierta para impedir que entrara el agua en el edificio y la estructura, asentando los cimientos y cerrando las ventanas. Actualmente, el trabajo está bastante avanzado.

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