La Estantería

'Mi planta de naranja lima'. Cómo un niño de cinco años nos puede mostrar la belleza de la pobreza

Portada de 'Mi planta de naranja lima'.

Portada de 'Mi planta de naranja lima'.

Mi planta de naranja lima nos presenta a un niño pequeño que se busca la vida en la calle y en ella va madurando. La literatura nos presenta bellas historias de crecimiento personal, donde niños traviesos van madurando como son: Las aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain, El diario secreto de Pulgarcito de Phillippe Lechermeier e ilustrado por Rebecca Dautremer, edita Edelvives; El buen ladrón de Hannah Tinti en Anagram, Un saco de canicas de Joseph Joffo y la última edición ha sido de Debolsillo; y para pícaros no nos podemos olvidar de nuestro clásico El Lazarillo de Tormes del que tenemos múltiples ediciones. Todos estos textos tratan la infancia, pero cada uno de ellos de una forma distinta.

Nos centramos en Mi planta de naranja lima su protagonista, Zezé y transcurre en el barrio de Bangú de Río de Janeiro en los años treinta.

Zezé es un niño brasileño que vive con gran pobreza. No es un niño de Dios, para su familia y vecinos es un niño del diablo porque siempre está organizando “diabluras”. Solo tiene cinco años, pero su gran inteligencia y la calle le han dado sabiduría, entendimiento y saberse manejar en todas las situaciones que se le presenta. En el colegio se entra con seis años, pero él, aunque es bajito y canijo ha aprendido solo a leer; su hermana lo matricula en el colegio para librarse de él unas buenas horas.

El marco social, cultural, económico, laboral que nos presenta el autor es de una gran dureza, pero a la vez de gran belleza. A los personajes les coges cariño empezando por el protagonista, Zezé, que nos cuenta la historia en primera persona. Su padre, parado y amargado de su gran aburrimiento, con la mirada perdida siempre dirigida a la pared, sin afeitar y su camisa poco limpia; su madre “india”, que trabaja desde que tenía seis años y por eso no sabe leer ni escribir, que con sus horas extras no vuelve a casa muchas noches; su hermano pequeño, Luis, al que Zezé viste, peina y cuida; su hermana mayor, la que le tira de las orejas pero lo defiende de las zurras, con sus novios; la maestra que le compra el desayuno a Zezé, y que tiene siempre su jarrón vacío; el Señor “Ariovaldo” vendedor con su voz cantarina; los comerciantes; y entre todos estos personajes secundario “El portugués”. Tampoco podemos olvidarnos del naranjo lima, Minguinho, al que Zezé le cuenta todas sus aventuras, con el que habla, juega y se escapan en múltiples aventuras.

Zezé tiene la boca de un demonio, cortes y cicatrices de todas sus diabluras, cardenales que lo cubren de las palizas que recibe, no tiene problemas para meterse en peleas, aunque sea por encargo, su cuerpecito recibe zurras constantes por todas sus travesuras, pero tiene muy claro que de mayor quiere ser poeta y llevar corbata de lazo. Su lenguaje es de una gran sensibilidad, con él hace llorar a su maestra porque con emotividad y delicadeza le muestra la solidaridad entre los pobres, la grandeza de la humildad. Su valentía y ternura lo convierte en el gran amigo del portugués Portuga, y poder hacer El murciélago en el coche más bello de todo Brasil.

La prosa del texto tiene una gran hermosura y precisión poética, como ejemplo indico alguno de los títulos de sus capítulos: “En Navidad, a veces nace el Niño Diablo”, “El descubridor de las cosas”, “Cierto arbolito de naranja lima”, “Los flacos dedos de la pobreza”, “Entonces apareció el Niño Jesús con toda su tristeza”, “Conversaciones por aquí y por allá”, “Una extraña y suave petición”, “Trocito a trocito crece la ternura”, “Tanto son los viejos árboles”, etc.

Esta historia traspasa las descripciones y te introduces en mil sensaciones, sabores, olores y por supuesto música, como dice Zezé, la música es muy bonita: “Casinina pequeñina”, “Morro da mangueira”, “Fumando espero”, “Malandrinha”, y “Noite de Reis”.

Los pequeños lectores recomiendan: Pedro Rodríguez Herrera, alumna de 6º de Primaria, es quien nos presenta este libro: “Este libro lo he leído con mi abuela y los dos hemos reído y llorado. Es una historia muy bonita, aunque algo triste. Nos enseña la suerte que tenemos, todas las cosas que poseemos y que no las aprovechamos. Me gusta mucho como está escrita la historia, parece poesía. Dice mi abuela que Zezé le ha robado su corazón. A mi me encanta como Zezé habla consigo mismo, con su conciencia.”

Mi planta de naranja lima” tiene 208 páginas. Es un clásico de la literatura brasileña que se público inicialmente en el año 1968. Se ha traducido a 32 idiomas. Este libro en Brasil es de lectura obligatoria en muchos centros de Primaria; sin embargo, en España se nos presenta como un texto de adultos. Tiene un carácter biográfico. Se han realizado varias adaptaciones al cine, televisión y teatro, en 1970 llegó a los cines una adaptación dirigida por Aurelio Teixeira y en el 2012 por Arcos Bernstein. Es un gran clásico de la literatura universal que no podemos dejar pasar. En 1984 la editorial Ateneo la publicó en España, la primera vez que leí este libro fue en el año 2012 en una edición del Círculo de Lectores. La edición actual es de Libros del Asteroide. Si quieres un clásico, pero con una gran vigencia, reír y llorar por igual por su emotividad, que llegue a corazones de pequeños y grandes, no dejes de leer este libro.

Actividades con su lectura: Como siempre marcamos actividades antes, durante y después:

  • Antes: ¿Cómo es un niño de cinco años? ¿qué cosas le puede interesar, gustar? ¿qué problemas puede tener?
  • Durante: Comprobamos cuál es el deseo de Zezé para cuando él sea mayor. Indicamos cuál es nuestro deseo para cuando seamos adultos, que deseamos estudiar. Otra actividad que podemos realizar en el “durante” es comparar el colegio de Zezé con el nuestro.
  • Finalizada la lectura: Podemos realizar una tabla de datos con las emociones que han vivido los distintos personajes y las nuestras propias.

Autoría:

José Mauro de Vasconcelos, Bangú, Río de Janeiro, Brasil. Como hemos podido comprobar con la lectura del libro, vivió en el seno de una familia muy pobre. Su padre era portugués y su madre india. Empezó a estudia Medicina, pero lo abandonó al segundo año. Se dedicó a diversos oficios: entrenador de boxeadores, bracero en una hacienda, pescador o camarero.

Convino su carrera cinematográfica con la literaria. Banana Branca en 1945 fue su primera obra literaria. Se inspira en la narrativa popular brasileña. Ha publicado una veintena de obras, entre ellas destacan: Corazón de vidrio (1964), El velero de Cristal (1973), Vamos a calentar el sol (1974) y Mi planta de naranja lima (1968), que lo convirtió en uno de los autores más populares de la literatura brasileña del siglo XX. Murió en São Paulo en 1984.

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