Vivir el sur

El origen de uno de los pueblos con más encanto del Campo de Gibraltar

Vista aérea del Castillo de Castellar.

Vista aérea del Castillo de Castellar.

Para conocer el origen de este bonito pueblo del Campo de Gibraltar nos tenemos que trasladar hasta la Edad de Bronce, época en la que están datados algunos yacimientos como los del Tajo o Abejera. No obstante, la seña de identidad de Castellar comienza a construirse tras la conquista musulmana, cuando recibe el nombre de Al-Qars.

Con el nombre de Castellar no se conoce hasta 1434, momento en el que el alcaide de Jimena, Juan de Saavedra, incorpora como defensa a la Corona de Castilla el Condado de Castellar.

Actualmente, la fortaleza se encuentra en buen estado de conservación, encontrándose en su interior la vida de un pueblo blanco entre murallas. El Alcázar se ha convertido en un hotel, la Iglesia del Divino Salvador, es actualmente una sala cultural, y el aljibe y la Barbacana Sur pueden visitarse para disfrutar de un recorrido con encanto y unas increíbles vistas.

El Castillo de Castellar se considera uno de los rincones más bonitos de Cádiz. Su arquitectura no deja indiferente a nadie, al igual que su belleza. Está ubicado a 248 metros sobre el nivel del mar, lo que permite contemplar la Bahía de Algeciras y las primeras cordilleras de África.

Lo que se conoce como Castellar Nuevo es un pueblo de colonización. Nace tras la construcción del embalse de Guadarranque en 1971, momento en el que la población del castillo comienza a trasladarse hasta este nuevo núcleo urbano. 

El pueblo está organizado en torno a una plaza principal, la Plaza Andalucía, donde se encuentran los edificios administrativos y comerciales. También destaca el Santuario del Cristo de la Almoraima.

La Almoraima fue una de las primeras evidencias de asentamientos en el municipio, siendo esto durante el periodo andalusí, cuando se construye la Torre de la Almoraima. Esta torre almenara cuenta a su alrededor con la Ermita de la Virgen de Los Reyes y el convento de San Miguel, lugar en el que se funda la Orden Religiosa de Los Mercedarios Descalzos.

A día de hoy, La Almoraima cuenta con uno de los hoteles más reconocidos de la comarca. Una finca en la que disfrutar de la naturaleza y de los encantos de la arquitectura del edificio.

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