Lucha contra el narco

Gran golpe de la Guardia Civil a los herederos del clan de Los Castañitas

  • La esposa y un hijo de Antonio Tejón, entre los 29 detenidos de la operación Trapera

  • La Guardia Civil completa 34 registros en La Línea, uno en Málaga y otro en San Pedro

Un registro de una vivienda en La Línea.

Un registro de una vivienda en La Línea. / Erasmo Fenoy

La esposa y un hijo de Antonio Tejón Carrasco, líder hasta su detención el año pasado del clan linense de la droga de Los Castañitas, son dos de los 29 detenidos ayer en una gran operación contra el narcotráfico desarrollada por casi seiscientos miembros de la Guardia Civil bajo la dirección de un juzgado de Estepona. 

La operación Trapero se desarrolló desde las 05:00 con 36 registros en domicilios de La Línea (34), además de uno en Málaga capital y otro en San Pedro de Alcántara. Participaron Guardias Civiles de las Comandancias de Algeciras, Cádiz, Sevilla y Málaga, así como el GAR, GRS, Servicio Marítimo y Servicio Aéreo. Los agentes que intervinieron hallaron dos radares ocultos en el barrio linense de San Bernardo, a pie de playa, que los narcos utilizaban para vigilar a las fuerzas de seguridad y poder realizar sus alijos. También se incautaron de una cantidad de hachís no especificada.

La operación, que contó con la participación de once letrados de la Administración de Justicia para desarrollar los registros, continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.

Algunos de los detenidos ingresaron ayer directamente en la prisión de Botafuegos, porque, a las nuevas acusaciones dentro de este operativo, se suman órdenes pendientes de búsqueda y captura dictadas por otras causas, aunque por los mismos motivos. El resto podría pasar hoy a disposición del juzgado esteponero.

El clan de Los Castañitas, el más activo y conocido de La Línea, quedó temporalmente descabezado el pasado 16 de octubre, cuando Francisco Tejón Carrasco, Isco, que en cierta manera se había hecho cargo del clan tras la detención de su hermano Antonio cuatro meses antes, se entregó a la Policía sabiéndose acosado por las fuerzas de seguridad y sin escapatoria.

Lo hizo en un lugar pactado previamente en el barrio de la Atunara, en La Línea de La Concepción, uno de los lugares neurálgicos de sus actividades y de la vida de esta familia. Antonio Tejón había sido arrestado en la misma localidad, en una operación de madrugada en la que participaron un centenar de agentes, en una de las casas en las que solía pernoctar junto a una de sus parejas e hijos pequeños.

Las fuerzas de seguridad y la Justicia tenían el convencimiento de que Los Castañitas no iban a dejar su actividad y que lo antes posible designarían a un nuevo jefe, a ser posible alguien perteneciente al grupo familiar y sin antecedentes. Antonio e Isco, de hecho, han permanecido hasta hace unos días en régimen de aislamiento ante el temor a que el contacto con otros reclusos pudiera servirles como vía para mantener el control del grupo a distancia.

Los agentes que han trabajado en su búsqueda sospecharon que seguramente Isco, antes de entregarse, había dejado arreglado en manos de algunos de sus hijos o de los de Antonio, cómo funcionaría el negocio con ambos líderes encarcelados y después de ocultar lo que pudieran de las inmensas ganancias que supuestamente han hecho con el tráfico de hachís desde Marruecos.

Ambos vivían hasta sus arrestos en la clandestinidad, en Marruecos y La Línea, donde tienen numerosas viviendas y se sentían protegidos, desde que en noviembre del 2016 escaparan a la primera gran redada contra la red, en la que más de 150 agentes detuvieron a una treintena de miembros de la banda.

Isco y Antonio Tejón cayeron en un momento en el que su clan se había convertido también en un símbolo de la virulencia que había alcanzado el narco en el Campo de Gibraltar.

En febrero del 2018, una veintena de encapuchados irrumpieron en el servicio de Urgencias del Hospital de La Línea y liberaron a uno de sus lugartenientes, Samuel Crespo, que había resultado herido al caerse de la moto mientras trataba de huir de la Policía Nacional. En ese momento, estaba custodiado por dos agentes.

Meses antes de su entrega, Isco saltó a los medios de comunicación al aparecer a cara descubierta, como una despreocupada estrella del trap, en varias escenas de un videoclip del cantante Clase A., haciendo ostentación de coches de lujo, rodeado de mujeres en ropa interior, en una piscina o en una cama redonda.

El delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, aseguró ayer que estas operaciones son una prueba de que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado no van a cejar “hasta dar con el último de los narcotraficantes del Campo de Gibraltar”.

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